AA Pipes

Me llamo Riccardo Pagliarino, tengo 37 años y soy pipemaker. Mi pasión por la artesanía siempre ha estado presente, desde que era niño. A los 20 años, gracias a mi padre, fumador y aficionado a las pipas, me acerqué por primera vez a este fascinante mundo. Un día, por casualidad, encontré un trozo de madera de olivo en mal estado y, impulsado por la curiosidad y el deseo de crear una pipa, decidí trabajarlo. El resultado fue un objeto que vagamente se parecía a una pipa, pero ese torpe intento marcó el comienzo de una nueva aventura.

Desde ese momento, comencé a construir pipas, al principio con los medios que tenía a mi disposición y con herramientas que yo mismo había fabricado. Fue un período de experimentación continua: entre éxitos y fracasos, siempre traté de mejorar y aprender de mis errores. El "aprendizaje" fue largo, pero nunca dejé de trabajar con pasión. Cada pipa que creaba me impulsaba a querer hacerlo mejor, a encontrar nuevas formas de perfeccionar las técnicas.

Con el tiempo, gané más confianza y comencé a ofrecer mis pipas al público. Fue en ese momento cuando me di cuenta de que quería tomármelo en serio. Afortunadamente, en mi camino, conocí a algunos buenos pipemakers que me dieron valiosos consejos y me ayudaron a perfeccionar mi estilo y mis técnicas. Gracias a ellos, pude mejorar aún más, pero siempre seguí experimentando, convencido de que nunca se deja de aprender.

Hoy, a los 37 años, sigo dedicándome con la misma pasión que cuando empecé. Cada pipa que hago es el fruto de años de experiencia, pero también de un deseo constante de explorar nuevas ideas. Para mí, cada pieza es única y lleva consigo una parte de mi historia: la de un joven que convirtió una pasión en arte, sin dejar de crecer y mejorar.